Mi experiencia con la hipnosis clínica para el manejo del dolor crónico

¿Te imaginas poder manejar el dolor crónico sin fármacos fuertes, sin intervenciones invasivas ni efectos secundarios indeseados? Al principio, a mí también me pareció una idea demasiado buena para ser cierta. Eso fue exactamente lo que pensé la primera vez que escuché hablar sobre la hipnosis clínica. Pero con el tiempo —y sobre todo con la experiencia— descubrí que se trata de una herramienta poderosa, respaldada por evidencia científica sólida, especialmente cuando se integra dentro de un tratamiento médico integral.

Mi curiosidad por la hipnosis clínica surgió directamente en mi práctica médica, al notar algo común en muchos de mis pacientes con dolor crónico: no existía una causa estructural o bioquímica clara que explicara la intensidad de su sufrimiento. En medicina llamamos a esto dolor nociplástico, una etiqueta que, siendo honesta, siempre me pareció tan inútil como imprecisa. Por otro lado, las tradiciones médicas ancestrales llevan siglos hablando del origen emocional del dolor. Entonces, me hice una pregunta clave: ¿qué herramienta podría utilizar para explorar esos orígenes invisibles pero profundamente reales del dolor?

Así fue como llegué a la hipnosis clínica. Empecé como cualquier profesional curioso: leyendo libros y tomando cursos introductorios, hasta que decidí profundizar y formarme con un experto. Asistí durante un año entero a clases, sesiones prácticas y entrenamientos intensivos, y los resultados fueron verdaderamente sorprendentes.

Hoy, después de ver su impacto en numerosos pacientes, puedo asegurarte que no hay nada esotérico ni mágico en la hipnosis clínica. Lo que hay detrás es neurociencia pura. Es neuroplasticidad en acción. Y cuando se comprende bien, se convierte en una herramienta realmente transformadora. Precisamente eso es lo que quiero explicarte hoy, de forma clara y sencilla.

¿Qué es (y qué no es) la hipnosis clínica?

Primero, rompamos algunos mitos. La hipnosis clínica no es magia, ni implica perder el control, quedarse dormido o caer en un estado de inconsciencia. Tampoco tiene nada que ver con los espectáculos televisivos donde una persona aparentemente “hipnotizada” hace cosas ridículas fuera de su voluntad. Eso pertenece al entretenimiento, no a la ciencia.

En realidad, la hipnosis es un estado neurofisiológico perfectamente natural de atención enfocada y relajación profunda. Durante este estado, la mente se vuelve especialmente receptiva a ciertas sugerencias terapéuticas formuladas por el profesional, que tienen como objetivo reorganizar la forma en que procesas el dolor, las emociones y tu experiencia de salud o enfermedad (Green et al., 2005; Mendoza & Capafons, 2009).

¿Alguna vez has estado tan absorto viendo una película o serie que dejas de notar lo que sucede a tu alrededor? O quizás te ha pasado mientras conduces, cuando llegas a tu destino y apenas recuerdas los detalles del trayecto porque tu mente estaba totalmente concentrada en otra cosa. Este estado de concentración intensa y enfoque profundo es muy similar a lo que experimentas en una sesión de hipnosis clínica, solo que aquí lo utilizas conscientemente para mejorar tu bienestar.

Lejos de ser una técnica pasiva, la hipnosis clínica es una herramienta de neuroplasticidad activa, donde tú, como paciente, participas de manera consciente e intencionada en tu propio proceso de cambio.

Una terapia con evidencia científica

Hay numerosos estudios que muestran lo útil que es la hipnosis para diferentes tipos de dolor, incluyendo el dolor musculoesquelético y neuropático crónico. Uno de los trabajos más recientes es un metaanálisis (una revisión muy rigurosa de varios estudios) de Langlois y colaboradores (2022). En él se incluyeron 9 ensayos clínicos con 530 participantes que sufrían dolor musculoesquelético o neuropático.
¿Los resultados? Se vio una disminución moderada tanto en la intensidad del dolor como en la interferencia que este provoca en la vida diaria, lo cual se traduce en menos limitaciones para actividades cotidianas. Algo muy importante que hallaron fue que a partir de 8 sesiones de hipnosis las mejorías eran más notorias y mantenidas en el tiempo.

Otro ejemplo de resultados alentadores es el metanálisis de Montgomery y colaboradores (2002), donde señalan la eficacia de la hipnosis en pacientes quirúrgicos, reduciendo el dolor postoperatorio y también la ansiedad. Estos y otros estudios (Adachi et al., 2014; Moss & Willmarth, 2019) se suman a la evidencia de que la hipnosis es una terapia seria y basada en ciencia.

¿Cómo funciona y por qué es segura?

La hipnosis clínica funciona activando y aprovechando la neuroplasticidad cerebral, es decir, la capacidad natural del sistema nervioso para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales. Estudios científicos con neuroimagen funcional muestran que la hipnosis puede modular de manera intencionada áreas específicas del cerebro implicadas en el procesamiento del dolor, la ansiedad y el control emocional, incluyendo regiones clave como la corteza prefrontal, la ínsula y la corteza cingulada anterior (Landry & Raz, 2015; De Pascalis, 2024). Durante este estado, se observa una reducción en la actividad de la red neuronal por defecto (DMN), relacionada con la autorreflexión y pensamientos internos negativos, junto con cambios significativos en la conectividad entre redes neuronales de relevancia y control ejecutivo, facilitando así una mejor regulación emocional y una percepción alterada del dolor (De Pascalis, 2024).

Además, investigaciones recientes con electroencefalografía (EEG) indican que la hipnosis incrementa la actividad de ondas cerebrales theta (4–8 Hz), vinculadas con una atención profundamente focalizada y estados meditativos, especialmente en personas altamente receptivas a la hipnosis, correlacionándose con menor percepción del dolor y mayor bienestar emocional (Wolf et al., 2022; De Pascalis, 2024).

En cuanto a la seguridad, la hipnosis clínica es altamente segura cuando la realiza un profesional de la salud adecuadamente capacitado y certificado. El respaldo neurocientífico confirma que esta técnica, aplicada correctamente, no genera efectos adversos graves (Cohen et al., 2021). Sin embargo, como ocurre con cualquier terapia médica, es esencial realizar previamente un diagnóstico exhaustivo para asegurar que no existan otras condiciones médicas que requieran un abordaje terapéutico diferente.

¿Cuándo considerar la hipnosis para el dolor crónico?

  1. Dolor musculoesquelético: artritis, fibromialgia, dolor lumbar crónico y otros trastornos musculares o articulares.

  2. Dolor neuropático: lesiones en nervios o enfermedades que alteran la forma en que el cuerpo percibe el dolor (diabetes, esclerosis múltiple, etc.).

  3. Complemento a otros tratamientos: Se ha visto que combina muy bien con la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y el enfoque de EMDR (cuando hay un componente traumático en el origen del dolor).

  4. Manejo de ansiedad y estrés: El estrés agrava la percepción del dolor. La hipnosis ayuda a reducir ese círculo vicioso entre mente y cuerpo.

Recomendaciones prácticas desde mi experiencia clínica y la evidencia científica

¿Cuántas sesiones se necesitan?
Según el metaanálisis de Langlois et al. (2022), los resultados más consistentes se observan a partir de 8 sesiones o más. Sin embargo, en mi experiencia clínica, algunos pacientes experimentan un alivio significativo incluso con una sola sesión. Esto depende de múltiples factores, como la apertura a la experiencia, el nivel de conexión terapéutica y el tipo de sintomatología.

Es importante saber que la primera sesión cumple un papel clave: ayuda a eliminar miedos, desmitificar la hipnosis y enseñar al paciente a relajarse profundamente. Esto sienta las bases para que las sesiones posteriores sean mucho más fluidas, efectivas y personalizadas.

Aprender auto-hipnosis
Una de las herramientas más valiosas que puedes adquirir es la auto-hipnosis. Aprenderla te permite seguir practicando en casa, reforzando los avances terapéuticos, gestionando mejor el estrés y manteniendo los beneficios a largo plazo.

Busca un profesional capacitado
Asegúrate de trabajar con un profesional formado específicamente en hipnosis clínica, idealmente con base en psicología, medicina o neurociencias. La experiencia y el enfoque ético del terapeuta marcan una gran diferencia en los resultados.

Integra, no reemplaces
La hipnosis clínica no pretende sustituir otras terapias, sino complementarlas. Su uso suele integrarse con fisioterapia, medicamentos analgésicos, terapia cognitiva-conductual, educación en dolor y otras estrategias recomendadas según el caso clínico. Su poder está en cómo potencia los efectos de otros tratamientos al actuar sobre la percepción, la regulación emocional y la plasticidad cerebral.

Conclusión

La hipnosis clínica, cuando se aplica de manera profesional e integrada a tu plan de tratamiento general, es una intervención segura, basada en evidencia y capaz de brindar un alivio significativo del dolor crónico en general. Todavía hay mucho por investigar en este campo, pero los hallazgos actuales son muy prometedores.

Si sientes que otros tratamientos no han sido suficientes para tu dolor, quizá valga la pena darle una oportunidad a la hipnosis y descubrir si puede marcar la diferencia en tu calidad de vida.

De todo corazón, deseo que puedas encontrar el alivio y la tranquilidad que te mereces.


Referencias

  • Adachi, T., Fujino, H., Nakae, A., Mashimo, T., & Sasaki, J. (2014). A meta-analysis of hypnosis for chronic pain problems: A comparison between hypnosis, standard care, and other psychological interventions. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 62(1), 1-28.

  • Cohen, S. P., Vase, L., & Hooten, W. M. (2021). Chronic pain: an update on burden, best practices, and new advances. The Lancet, 397(10289), 2082-2097.

  • Green, J. P., Barabasz, A. F., Barrett, D., & Montgomery, G. H. (2005). Forging ahead: The 2003 APA Division 30 definition of hypnosis. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 53(3), 259-264.

  • Langlois, P., Perrochon, A., David, R., Rainville, P., Wood, C., Vanhaudenhuyse, A., … & Billot, M. (2022).Hypnosis to manage musculoskeletal and neuropathic chronic pain: A systematic review and meta-analysis. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 135, 104591.

  • Mendoza, M. E., & Capafons, A. (2009). Eficacia de la hipnosis clínica: Resumen de su evidencia empírica. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 18(3), 205-216. Recuperado de https://www.redalyc.org/pdf/778/77811726001.pdf

  • Montgomery, G. H., David, D., Winkel, G., Silverstein, J. H., & Bovbjerg, D. H. (2002). The effectiveness of adjunctive hypnosis with surgical patients: A meta-analysis. Anesthesia & Analgesia, 94(6), 1639-1645.

  • Moss, D., & Willmarth, E. (2019). Hypnosis, anesthesia, pain management, and preparation for medical procedures. Annals of Palliative Medicine, 8(4), 498-503.

  • Landry, M., & Raz, A. (2015). Hypnosis and imaging of the living human brain. American Journal of Clinical Hypnosis, 57(3), 285-313. https://doi.org/10.1080/00029157.2014.978496

  • Wolf, S., Seiffer, B., Zeibig, J. M., Welkerling, J., & Hautzinger, M. (2022). EEG theta and gamma oscillations during hypnosis predict hypnotic analgesia in high and low hypnotizables. NeuroImage, 259, 119417. https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2022.119417

  • Cohen et al. (2021). Safety and efficacy of clinical hypnosis. American Journal of Clinical Hypnosis.

  • De Pascalis, V. (2024). Brain functional correlates of resting hypnosis and hypnotizability: A review. Brain Sciences.

Dra July Mendoza

Hola, soy la Dra. Juliana Mendoza, y estoy aquí para ayudarte a vivir mejor.
Soy anestesióloga y especialista en Medicina del Dolor, con formación avanzada en medicina regenerativa y anti-envejecimiento. Mi enfoque combina ciencia y terapias avanzadas para ofrecer a mis pacientes soluciones personalizadas que transformen su salud y bienestar.

https://www.drajulianamendoza.com
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